carta a una guerrera

 

Me gusta tanto ver cómo te levantas por la mañana y te arreglas el pelo con algún que otro truco para verte mejor… Como le regalas cada día una sonrisa a tu hija y la llevas al colegio; ya tiene 10 años, no quieres que crezca, pero sabemos que el tiempo no se detiene.

Alguna vez te has preguntado que es el amor? Estuve indagando un poco, empecé por lo más simple, lo busqué en el diccionario:

AMOR: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

ESTAR ENAMORADO: Que siente amor y atracción sexual por alguien.

Fue en ese preciso momento y  gracias a estas descripciones, en mi opinión carentes de mensaje y de las cuales sustituiría alguna que otra palabra como necesidad por respeto, cuando me di cuenta que todo empieza ahí, en aprender bien, qué es el AMOR.

Es curioso, crecemos ya en una educación sobre el amor en la que la mujer no decide; el caballero salva a la princesa encerrada en la torre, la Sirenita cambia su aspecto y renuncia a su voz para encajar en el mundo de su amado y Mulan salva a China solo para conseguir la aprobación de su padre.

Crecemos escuchando que los niños no lloran, que deben ser fuertes, casi, se convierte en una obligación reprimir sentimientos y así es como muchos se convierten en hombres dominantes. ¿Y las niñas? Las niñas si deben ser sensibles y pueden llorar, en definitiva un caos, una mezcla de fantasía con algo de realidad en mentes diminutas en las que se va sembrando un mensaje erróneo, un mensaje que debe cambiar,  parece que poco a poco cambian las cosas, empezamos a ver princesas guerreras, pero necesitamos MÁS!  

Más amor de verdad, de ese que te hace reír y sentirte llena, aquel con el que te sientes apoyada, respaldada e iluminada.

¿Recuerdas cuando éramos adolescentes y al despedirnos gritábamos TE QUIERO hasta que dejábamos de oírnos? Parecíamos locas, unas locas gritando AMOR.

Creo que es lo más cerca que hemos estado del  amor, porque en la amistad hay muchísimo de ello y es por eso que en nuestra relación de pareja debe existir la amistad, la empatía, el respeto, la confianza, que te hagan feliz y sentirte guapa, empoderada y libre, que te hablen de tus defectos para hacerte mejor y no para culparte. La culpa, ¡maldita culpa!  

Que feliz me hiciste el día que comprendiste que no eras culpable de nada, que cada cual debía solucionar lo suyo por su lado, el día que comprendiste que no hay mayor soledad que la que uno siente estando acompañado.

Que valiente fuiste el día que decidiste irte, cerrar una puerta y empezar a construir tu hogar, tu vida, lejos del llanto, empezaste a brillar, a crecer, a crecer tanto que aquello consiguió hacerse cada vez más pequeño.

A mí, amiga, me tendrás siempre contigo, pero quien tiene la fuerza eres ¡TÚ!

  Que jamás nadie silencie tu voz. TE QUIERO.

 


 

Escrit per: Helena Duran, alumna del Centre de Formació de Persones Adultes del Masnou (CFPAM).

Data i hora de la darrera actualització d'aquest contingut: 26-11-2021 13:26